domingo, febrero 23, 2014

Siempre tuve miedo de entregarle a alguien el poder de destruirme, y no me diste tiempo de sentir miedo porque ya habías cometido el crimen.
Una palabra a tropezones, cuatro apuñaladas, las seis de la mañana, el mundo bajo tierra, corazón salió de mi boca, tu voz rasgando mis paredes, el fin estaba delante de mi.
Que haría yo corriendo por la puerta, o lanzándome por la ventana, que haría después de arrancar?
puedo tragarme mi orgullo si valiera la pena, pero solo tengo uno y es lo único que tengo, aún así me lo cené y bajo por mis entrañas...


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